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Una misión que va más allá del dinero

by | Ago 9, 2025 | Uncategorized

Graciela Van Wyk, asesora financiera en Edward Jones. Foto de Tatiana Peña, JEFAS Magazine.


Graciela Van Wyk, asesora financiera en Edward Jones. Foto de Tatiana Peña, JEFAS Magazine.

Por Christina Fernández-Morrow

Como inmigrante ecuatoriana, Graciela Van Wyk tuvo dificultades para comprender el sistema financiero de Estados Unidos. Aunque contaba con un título en mercadeo internacional de su país de origen y más de una década de experiencia como agente de seguros de vida, planificar su futuro financiero le resultaba abrumador.

Sabía que no era la única con esas dificultades. Ese reconocimiento la llevó a una revelación: podía hacer algo más para apoyar a otras personas que también necesitaban ayuda con temas que ella estaba aprendiendo por su cuenta.

“Mi motivación para iniciar mi carrera como asesora financiera surge de mi experiencia personal, mi identidad cultural y un profundo deseo de servir y empoderar a comunidades desatendidas”, afirma. “No veía a nadie hablándonos, educándonos. Así que decidí convertirme en esa persona”.

El camino para convertirse en asesora financiera certificada

Convertir ese deseo en realidad no fue fácil. Para Van Wyk, implicó meses de preparación y sacrificio. Para obtener la certificación como asesora financiera, tuvo que aprobar varios exámenes rigurosos que requerían muchas horas de estudio y una inversión significativa.

Comenzó con el Examen de Calificación para Representantes de Valores Generales, necesario para comprar y vender acciones, bonos y fondos mutuos. Esta prueba, de casi cuatro horas de duración, generalmente requiere entre 80 y 100 horas de estudio con materiales especializados y exámenes de práctica.

Después rindió el Examen Uniforme Combinado de Ley Estatal, necesario para ofrecer asesoría financiera. Esta prueba, de dos horas y media, es especialmente difícil debido a las regulaciones estatales y a la complejidad de las normas de inversión. Van Wyk dedicó casi 100 horas de estudio y pagó cerca de 200 dólares solo por este examen.

El tiempo y el dinero invertidos fueron solo el comienzo. Una vez certificada, enfrentó un reto aún mayor: construir una cartera de clientes desde cero.

Ganar confianza desde cero como asesora financiera latina en Iowa

“Fue difícil ganarme la confianza de las personas, especialmente en un mercado donde los asesores financieros no se parecían ni hablaban como yo. Tuve que construirlo todo desde cero: mi marca, mi base de clientes, mi voz”, recuerda. Pero eso cambió cuando Van Wyk comenzó a ampliar su red asistiendo a eventos organizados por la Latina Leadership Initiative y la Black and Brown Summit en West Des Moines. Con el tiempo, se hizo conocida y confiable en su comunidad, y fue creando poco a poco su cartera de clientes.

“Ahora la gente viene a mí. Saben que estoy aquí por las razones correctas. Lo más difícil ya no es demostrar quién soy, sino mantener el ritmo del crecimiento y seguir brindando a cada persona la atención que merece”, comparte.

Graciela Van Wyk, asesora financiera en Edward Jones. Foto de Tatiana Peña, JEFAS Magazine.


Graciela Van Wyk, asesora financiera en Edward Jones. Foto de Tatiana Peña, JEFAS Magazine.

Planificación financiera bilingüe con raíces culturales

Hoy en día, Van Wyk ha sustituido las horas de estudio por citas con clientes y visitas a domicilio, donde se toma el tiempo de enseñarles cómo construir y proteger su patrimonio. Para ella, este enfoque personal es algo natural, enraizado en los valores culturales y en las enseñanzas de su hogar.

“Mi cultura me enseñó a trabajar duro, a tratar a las personas como familia y a nunca olvidar de dónde vengo. Entiendo sus miedos, sus metas y sus sueños, porque también son los míos”, explica.

Esa conexión es la base de su negocio. A medida que crece la comunidad latina, especialmente en el sector de pequeñas empresas, Van Wyk espera que sigan confiando en ella para planificar su futuro financiero.

“Mi misión es sencilla: guiar a las familias, especialmente a quienes se sienten olvidadas, hacia la seguridad financiera”, afirma. “Lo hago en español, con empatía y siempre con el corazón. Porque la riqueza no se trata solo de cifras, sino de tranquilidad, dignidad y legado.”

Cuando se trata de servir a los demás, esos días largos no se sienten como trabajo, porque sabe que está cumpliendo su propósito al ayudar a su comunidad a asegurar su futuro.