Velas y cazuelas de barro que evocan cultura y nostalgia

Helen Saldana, propietaria de Helen’s Scents. Foto de Tar Macias, JEFAS Magazine
Por Christina Fernández-Morrow
En el corazón del bullicioso mercado de agricultores del centro de Des Moines, el aire lleva consigo más que los aromas habituales de frutas frescas y comida callejera. También lleva memorias. Helen Saldana, fundadora de Helen’s Scents, utiliza sus raíces mexicanas para crear velas y jabones artesanales que transportan a sus clientes a tardes en la cocina de la abuela, removiendo una olla de café de olla. Esa conexión la llena de alegría, en sintonía con su deseo de ayudar a otros a vivir una vida saludable y plena.
En su último semestre del programa acelerado de enfermería en la Universidad Drake, Saldana equilibra libros, recetas y planes de negocio desde su oficina en casa, mientras su hija pequeña juega cerca. A medida que los mercados en todo el estado atraen a cientos de personas en busca de productos únicos y reconfortantes, los de Helen ya ocupan un lugar especial. Pero su emprendimiento nació de manera inesperada, en un momento de aburrimiento.
“Empecé durante la pandemia. Tomé un curso en línea para aprender a hacer jabón por proceso en frío”, recuerda sobre el primer paso hacia su negocio. Aunque el proceso es relativamente sencillo —usa aceites, grasas y lejía— el jabón necesita de 4 a 6 semanas para curarse y convertirse en un producto seguro y eficaz. Al experimentar con distintos aceites y crear sus propias fórmulas, descubrió que muchos fabricantes de jabón también los usan para hacer velas. Así que decidió probar. “Comencé haciendo velitas pequeñas, en frascos transparentes, de esos básicos que todos tenemos en casa”, comenta sobre sus primeros intentos.
Cazuelas de barro y recuerdos de infancia
Un día, tuvo una idea directamente inspirada en sus raíces: en lugar de frascos de vidrio comunes, ¿por qué no usar las coloridas cazuelas de barro mexicanas que habían decorado su casa por años? Diseñadas originalmente para servir alimentos, Saldana sabía que esas cazuelas podían resistir el calor de la cera derretida.
“De hecho, las velas comenzaron a oler mucho mejor”, afirma sobre el cambio del vidrio al barro. Esta decisión le permitió incorporar su cultura a una actividad que ya amaba. Además, los colores vibrantes de las cazuelas pintadas a mano hacían que sus velas lucieran más atractivas. Las cazuelas, que importa del negocio familiar de cerámica en Ciudad de México, se fabrican especialmente para ella y encargan con diseños y colores según las preferencias de sus clientes. Otro beneficio es que son reutilizables: ofrece un descuento a quienes las devuelven para rellenarlas con una nueva fragancia o su aroma favorito.
La respuesta de sus clientes la motivó a explorar aromas que marcaron su infancia. “Horchata, churro y flan son los más populares”, afirma. “Recibo muchos comentarios de personas que dicen que les recuerda a una época en la que estuvieron en México. Mis clientes latinos me dicen que les encantan porque los representa, y porque son hogareños y adorables.”

Helen Saldana, propietaria de Helen’s Scents. Foto de Tar Macias, JEFAS Magazine
Dos caminos, un solo propósito
A Saldana le emociona que sus productos promuevan momentos de autocuidado: cuando el aroma de una vela despierta nostalgia, o un jabón deja la piel tersa e hidratada.
Ayudar a los demás es parte de su esencia. Por eso eligió estudiar enfermería. “Es una carrera flexible”, explica sobre su decisión. “Puedes trabajar tres días y descansar cuatro”, lo cual considera ideal para equilibrar con su negocio.
Sin embargo, los días libres no son algo que Saldana prevea a corto plazo. Sueña con trasladar su emprendimiento de su hogar a un espacio propio, dedicado exclusivamente a su equipo y a sus creaciones.
“Más que nada, me gustaría tener mi propio estudio y organizar talleres para hacer velas”, dice, recordando un evento reciente en el que ayudó a un grupo local de Girl Scouts a crear las suyas. “Eran un grupo de niñas pequeñas, todas latinas. Fue muy inspirador.”
Para Saldana, sus velas y jabones son motivo de orgullo. Representan la fusión entre su amor por el bienestar y su herencia cultural. Le conmueve cuando alguien le cuenta los recuerdos que evocaron sus fragancias o cómo su mezcla especial de aceites frutales y de semillas mejoró su piel. Esos momentos de bienestar que brinda a otros le hacen sentir que las largas noches de trabajo valen la pena. Valora profundamente el cuidado con el que sus clientes eligen sus productos. “Es para tu espacio, ese lugar donde más descansas”, reflexiona, subrayando el vínculo íntimo entre el autocuidado y los aromas que nos rodean, creando conexiones que perduran mucho más allá de la última chispa de la vela.